Paseando por Venecia puedes encontrarte muchas cosas. Canales, puentecitos, gente disfrazada, máscaras de Carnaval, cristal de Murano... Pero lo que mucha gente no descubre es un viejo almacén que hay entre las múltiples callejuelas. Una especie de anticuario de los libros, en una extensa nave en la que puedes encontrar lectura de segunda mano a muy buen precio. En la puerta no hay ningún perro guardián que vele por la seguridad del negocio de este peculiar señor. Sus mininos guardianes siestean en la entrada, ajenos a todo el que entra y sale. Siento especial predilección por los gatos negros, así que les hice esta foto para inmortalizar ese pelaje tan brillante. No sin antes, por supuesto, comprar un par de libros.
Te dejo este regalito, Eulogio, antes de irme a trabajar. Espero que te gusten los animales ;)
Si yo te contara Sara, si yo te contara.
ResponderEliminarTe escribo a tu emilio.