He estado meditando sobre este post de Senovilla y un pensamiento me ha llevado a otro que, como se que tampoco me va a leer me atrevo a contarte.
Tengo algunos amiguetes de avanzada edad, cada uno con sus achaques y sus problemas, pero hay uno que me sorprende por su fuerza vital y creo que sus circunstancias influyen mucho en esa fuerza.
A mi amigo le dio la vida una de esas puñaladas que de vez en cuando suele dar y que no vienen a caso pero que le convirtió en un anciano octogenario con un nieto pequeño a cargo y no a cargo unas horas al día, no, a cargo con todas las de la ley y con custodia incluida.
Como en los cuentos, el niño solo le tiene a él y el solo tiene al niño.
Mientras los otros ancianos hacen cosas propias de ancianos, mi amiguete saca fuerzas de donde no le quedan para hacer de padre y de madre y trabajar como un chaval a todas horas.
Va por usted, que se mejore.
Foto de medline
Y es que cuanto más dura es la vida, más fuerza sacamos para salir adelante.
ResponderEliminarUn abrazo amigo