Sucedió en 1914, la niña, de 4 años, llevaba semanas pidiendo ir a ver a la abuela en Lewiston, a unos 120 kilómetros de casa en Grangville (Idaho), pero el billete era muy caro y los padres optaron por otra alternativa:
El 19 de febrero de 1914, los padres de May presentaron un paquete en la oficina de correos en Grangeville, que pesaba 22 kilogramos, un peso menor al límite permitido de 50 libras (22.68 kilogramos.) El franqueo, de 53 céntimos en sellos, iba adherido al abrigo de May.
Dentro de esa caja, la niña viajó en el compartimiento de correo del tren, y una vez que llegó a su destino en Lewiston fue entregada totalmente sana en casa de su abuela por el secretario de turno, Leonard Mochel
Quiero pensar que los servicios de correo fueron cómplices del hecho y que en todo momento el estado de salud de la niña estuvo supervisado y sus necesidades cubiertas.
Aquí está la genealogía de la niña.
Fuentes del post:
Hay historias que llegan al alma y ésta es una de ellas. El cariño de la niña por sus abuelos y el sacrificio de sus padres por darle gusto, todo un ejemplo de ese dicho de "...querer es poder"
ResponderEliminarUn abrazo doble.
Caramba con los padres, qué espabilaos...
ResponderEliminarMenuda historia, esta de la niña enviada por correo, pero claro esto ocurrió en 1.914, que las personas eran un poco mas humanas. Ahora hubiera sido impensable.
ResponderEliminarEl funcionario de correos, no hubiera pasado por ahí y de pasar, el cartero de turno, la hubiera dejado en el portal de "al lado" encima de los buzones, con riesgo de que la niña se cayera y se rompiera algo (¿la cabeza?).
El sevicio de Correos ya no es lo que era.
Un abrazo
Anda que no, una nueva forma de viajes baratos. Eso si te juegas la crisma.
ResponderEliminarEstoy pensando donde pasar las vaciones para automandarme con la familia entera en una caja.
ResponderEliminarSaludos
Mira Jose que los tiempos cambian y que es posible que el te tenga que abrir la caja esté en el paro.
ResponderEliminarEn verdad tampoco me convence del todo esto. Creo que a la niña la atendía y de seguro iba en algún lugar acomodado del tren.
ResponderEliminarEstá claro que cualquiera se puede asficciar dentro de un tren llenos cajas, y más dentro de ellas, encerrado.
Historias bonitas.
ResponderEliminarGracias, Eulogio.
Holaaaa...
ResponderEliminarMenuda historia!! si es verdadera la niña lo tuvo que pasar mal..pues imagino que en esa época el tren iba super lento y tardaría un mundo en llegar..
Un saludote
Si que me gusta la historia.
ResponderEliminarLastima llego tarde. Como dicen algunos de los comentarios, hoy en día sería muy dificil. Pues creo que no.
Mira el seguidor de Henry Box, Charles McKinley en 1978. Todo es posible en esta vida.
http://en.wikipedia.org/wiki/Charles_McKinley
Un saludo de nuevo.
Caray, hace tiempo que no vengo a visitarte, si que es una historia curiosa, yo tambien quiero pensar lo mismo, que la niña estuvo vigilada en todo momento.
ResponderEliminarSaludos